15 de noviembre de 2016

Conseguir nuestros objetivos

El primer paso para alcanzar nuestras metas es fijarnos objetivos realistas, alcanzables y medibles, que a la vez nos motiven a trabajar en esa dirección. Establecer un plan de acción nos ayudará a saber si estamos actuando de acuerdo a lo establecido y si no es así, determinar acciones correctivas que nos permitan volver a estar alineados con nuestro propósito. Los planes de acción deben revisarse periódicamente para asegurarnos que siguen teniendo sentido y que continúan siendo realistas. No hay que ver como algo negativo el hecho de replanificar, lo malo es mantener un planning que ha quedado desfasado y que no sirve para nada.

Para lograr cualquier fin es conveniente fijarnos hitos intermedios. De esta forma nos centraremos en la próxima meta y no en el objetivo final, que puede quedar muy lejano en el tiempo y resultar demasiado abstracto. Cada vez que alcancemos un hito sentiremos una mayor determinación para seguir luchando por el objetivo final, que poco a poco veremos más cercano y más definido. Atendiendo a este criterio, debemos analizar cómo descomponer cualquier situación personal o profesional que necesitemos resolver en partes más pequeñas que nos resultarán más sencillas de manejar. 

Otra de las partes fundamentales es establecer una estrategia que nos permita alcanzar esos hitos parciales y llegar así poco a poco al objetivo final. De nada nos servirá fijarnos metas si no definimos tácticas para conseguirlas. La estrategia debe ser realista y estar diseñada especialmente para nosotros. Por ejemplo, si decidimos participar en un maratón y no estamos habituados a correr, no podremos seguir el mismo entrenamiento que una persona que entrena habitualmente y está en mejor forma física.

Es importante también establecer prioridades y definir qué estamos dispuestos a sacrificar (y qué no) para lograr nuestro objetivo. Asimismo, hay que tener en cuenta el hecho de que somos seres humanos y que no siempre vamos a cumplir nuestro plan a rajatabla. Esta es otra de las razones por las que debemos revisar periódicamente nuestro planning inicial.

Por último, comunicar nuestros planes a los demás puede ayudarnos a mantenernos motivados, pero es preferible ser cautos y saber con quién compartirlos, para evitar generar demasiadas expectativas. Es preferible hacer partícipes solo a ciertas personas de confianza y hacerlo extensivo al resto cuando lo hayamos logrado.

Conseguir nuestros objetivos es muy gratificante, especialmente si hemos trabajado duro para alcanzarlos. Esto nos permite creer más en nosotros mismos y en nuestra capacidad para lograr todo aquello en lo que pongamos verdadero interés, constancia y dedicación.