19 de enero de 2016

Valiosos por lo que somos

Cuando estamos demasiado preocupados esperando una disculpa o una muestra de agradecimiento de otra persona, ponemos nuestra vida en stand-by por algo que puede no llegar nunca y que no depende de nosotros.

Debemos aprender a valorarnos más por lo que somos y no tanto por lo que hacemos o tenemos. En determinadas situaciones podemos actuar de forma incorrecta y eso no significa que seamos malos, únicamente somos seres humanos que se ven afectados por los acontecimientos y en ocasiones reaccionamos desde el miedo, la ira o cualquier otro sentimiento que tengamos en nuestro interior.

Cualquier decisión debemos tomarla siempre por nosotros mismos. Obviamente podemos pedir consejo, pero sin esperar a cambio una validación o una palmada en la espalda. Seamos nosotros mismos quienes nos confortemos en nuestras decisiones, atendiendo a nuestro propio juicio y sabiendo que tenemos derecho a equivocarnos. Si finalmente llegase esa disculpa o el agradecimiento que esperábamos, sin duda reconfortará nuestro ego, pero no determinará en absoluto nuestro valor. Somos exactamente igual que éramos antes.



11 de enero de 2016

Vivir el presente

Pensar en el pasado o preocuparnos por el futuro nos impide vivir el presente, que es lo único que tenemos realmente: el AQUÍ y el AHORA. Cada día que pasa no volverá a repetirse, por lo que debemos vivirlo con intensidad, tratando de llenarlo de momentos especiales, que son los que verdaderamente determinan nuestra felicidad.

Es importante aprender a tomar las cosas cuando vienen y a dejarlas ir cuando se van, ya que ese flujo de la vida es el que pone en nuestro camino las personas y las experiencias adecuadas para cada uno de nosotros. En muchas ocasiones, acontecimientos negativos o situaciones indeseables pueden conducirnos a conocer gente estupenda, introducir cambios positivos en nuestra vida o simplemente hacernos más fuertes. Nuestra necesidad de controlarlo todo siempre se interpone en el transcurso natural de nuestra existencia, mientras que dejarnos fluir con los acontecimientos y saber aceptarlos como son nos libera para disfrutar en el presente y permitir que la vida siga su curso.

Centremos nuestra mente en lo que estamos haciendo en cada momento, dejemos de pensar en lo que ya hemos hecho o en lo que vamos a hacer. Vivir cada día como si fuera el último puede parecer algo exagerado, pero realmente nadie sabe cuál será su último día en este mundo y por eso merece la pena aprovecharlos todos al máximo.


5 de enero de 2016

¡Feliz Año Nuevo!

Empezamos un nuevo año y, aunque suene a tópico, es un momento muy bueno para establecer las metas que pretendemos conseguir en los próximos 12 meses. De nada servirá fijarnos unos objetivos inalcanzables excepto para desmotivarnos, pero sin duda nos ayudará mucho tener presente a dónde queremos dirigirnos, para no despistarnos mucho por el camino.

A los clásicos de aprender idiomas, ir al gimnasio o ser mejor persona podemos añadir el de asumir nuevos retos profesionales, mantener una actitud abierta para encontrar pareja o aprender a ser más agradecidos cada día por todo lo que tenemos (aquí se incluyen la salud, el trabajo, la familia, los amigos,...). Lo importante es que no perdamos de vista nuestra meta y actuemos en consecuencia, de esta forma podremos irnos a la cama sabiendo que hemos hecho todo lo que estaba en nuestra mano para tener un poquito más cerca eso por lo que estamos luchando, sea lo que sea.

También es un buen momento para analizar lo que hemos aprendido del año que ha terminado, las cosas que hemos hecho bien y las que no volveríamos a hacer de la misma manera. El cambio de año es una excelente ocasión para pararnos un poco, ver lo que llevamos recorrido hasta ahora y decidir si vamos en la dirección correcta o tenemos que cambiar de rumbo para llegar a donde queremos.