22 de julio de 2015

Amor propio

Como seres humanos que somos, pasamos la mayor parte de nuestras vidas buscando el amor en todas sus formas, aunque muchas veces nos olvidamos de buscarlo en el lugar más importante donde debemos encontrarlo: en nosotros mismos. Tener amor propio implica un gran respeto por uno mismo y saber valorarnos, ya que solo así podremos mostrarle al universo que somos dignos de recibir amor y también de darlo.

En ocasiones basamos este sentimiento en validaciones externas, que pueden ir desde la opinión que los demás tienen de nosotros hasta los "Me gusta" que recibimos en Instagram o los amigos que tenemos en Facebook. No tiene mucho sentido que intentemos cultivar algo que es completamente interno y personal a partir de algo que es ajeno a nosotros y no nos pertenece.

Estas, entre otras, son algunas formas con las que podemos demostrarnos a nosotros mismos que somos importantes y cultivar ese sentimiento de amor propio:
  1. Trátate a ti mismo de la forma que quieres que lo hagan los demás. Muchos de nosotros hemos aprendido que debemos tratar a los demás como nos gustaría que ellos nos tratasen a nosotros, pero no es tan frecuente que nos hayan enseñado que también debemos tratarnos a nosotros mismos de la forma que queremos que nos traten.
  2. Disfruta del tiempo contigo mismo. Un baño relajante, pasear por el campo, leer un buen libro, hacer deporte, cocinar, pintar o ver una película. Esas cosas que dibujan una sonrisa en nuestra cara cuando las hacemos son fundamentales para mantener alta nuestra autoestima. Respetemos esos momentos con nosotros mismos haciendo aquello que nos gusta.
  3. Perdónate. Sentirnos culpables y machacarnos por haber cometido un error puede hacernos sentir peor que el error en sí mismo. Lo que está hecho, hecho está y no se puede cambiar, así que lo mejor es aceptarlo como un capítulo más de nuestra vida, aprender de la experiencia y pasar página cuanto antes.
  4. Aprende a decir NO. Esto no nos convierte en malas personas, sino en seres inteligentes que se respetan a sí mismos. Cuando dejamos de aceptar cosas que realmente no queremos en nuestra vida, nos damos cuenta de todo el tiempo que nos queda disponible para lo que verdaderamente nos hace felices.
Ya lo dijeron los Beatles... All You Need is Love (SELF-LOVE)




14 de julio de 2015

Cuando es hora de abandonar

Estos son algunos indicios de que ha llegado el momento de poner punto final a una relación y de que debemos utilizar el Contacto Cero para recuperarnos: 
  1. Si intento hacer las cosas de forma diferente a como mi pareja piensa que deben hacerse, recibo objeciones, silencios, malas caras o cualquier otra forma de hostilidad, ya sea directa o indirectamente. 
  2. Siento como si estuviera perdiendo la cabeza, de hecho otras áreas de mi vida se están viendo afectadas (trabajo, familia, amigos,...).
  3. He intentado poner fin a la relación en otras ocasiones, pero siempre termino volviendo.
  4. Le he pedido a mi pareja que necesito tiempo y espacio, pero sigue contactando conmigo.
  5. Hay una ausencia de amor, confianza y respeto.
  6. Estoy permitiendo comportamientos abusivos por parte de mi pareja.
  7. Tengo la sensación de estar enganchado a esa persona y vuelvo una y otra vez a la relación, para volver a sentirme decepcionado. 
  8. No he establecido límites o estos son muy difusos. 
  9. Mi pareja carece de empatía y no sopesa el impacto que sus acciones y palabras tienen sobre mí.
  10. He sufrido algún tipo de abuso por parte de mi pareja (físico o psicológico).
  11. Manipula las situaciones para terminar siendo la víctima y hacerme sentir culpable de cosas que ni siquiera he hecho.
  12. Aunque siento que no soy feliz, siento temor de terminar la relación por lo que pueda pasarle a mi pareja.
No esperemos a tener nuestra autoestima hecha trizas para abandonar una relación tóxica. Cuanto más tardemos en salir, más tiempo nos llevará recuperarnos. 



8 de julio de 2015

Hey... What´s up?

Estamos tan acostumbrados a comunicarnos por vía electrónica que a veces nos olvidamos de lo importante que es mantener una conversación real y de calidad con las personas que nos importan. 

Cuando estamos en una relación, podemos cometer el error de dar demasiada importancia a la frecuencia con la que nuestra pareja contacta con nosotros, y no analizar si esa forma de comunicación es de una calidad adecuada. Que nos envíen un mensaje de vez en cuando puede ser un gesto muy romántico, siempre que no sustituya a las conversaciones que toda pareja debería tener, bien sean por teléfono o muchísimo mejor cara a cara. 

El problema viene cuando en una relación (ya sea de pareja o de cualquier otra naturaleza) se opta por este tipo de comunicación "vaga". Nos acostumbramos a estar en continuo contacto con la otra persona y sin querer entramos en una espiral de dependencia, ya no importa el contenido de los mensajes, lo importante es que lleguen a la pantalla de nuestro teléfono para saber que el otro está ahí y se acuerda de nosotros. Si pasamos más tiempo del habitual sin recibir ninguna notificación es cuando empezamos a sentir la ansiedad. Revisaremos si se ha conectado, si está en línea, si ha leído o no nuestro último mensaje...

Las últimas actualizaciones de WhatsApp permiten desactivar la opción de mostrar y ver la última hora de conexión, lo que sin duda habrá sido un mazazo importante para los que utilizaban esta aplicación para controlar a los demás. Sin embargo, ahora todo el mundo puede saber si su mensaje ha sido o no leído con el famoso doble check azul. Tendremos que buscar excusas diferentes a "olvidé mi teléfono móvil" o "me quedé sin cobertura". Quizás ahora tengamos que afrontar la realidad y decir que no contestamos porque se nos olvidó, porque no pudimos o simplemente porque no nos dio la gana hacerlo. Incluso podemos no dar explicaciones de por qué contestamos o dejamos de hacerlo.

Seguramente todos habremos escuchado más de un caso (si no lo hemos vivido en nuestras propias carnes) de malentendidos o discusiones a través de esta aplicación. WhatsApp es una fantástica herramienta de comunicación instantánea que, usada de forma razonable, es útil para mantener el contacto con las personas que no vemos muy a menudo, para hacer recordatorios, saludar o felicitar a nuestros familiares y amigos o mandar algún mensaje cariñoso a nuestra pareja. Evitemos utilizarlo para asuntos importantes y mucho menos para dar malas noticias o expresar nuestro desacuerdo en algo. Todo esto es mejor hacerlo en persona, nuestra comunicación no verbal nos ayudará a hacer llegar el mensaje de la forma que queremos. Si es una cuestión urgente y nos resulta imposible encontrarnos con esa persona, utilicemos el teléfono para hablar en lugar de escribir. Al menos contaremos con nuestro tono de voz para comunicarnos de una forma más eficaz y evitar malas interpretaciones.


4 de julio de 2015

Las cosas que nos hacen sentir bien

Es muy importante contar con recursos propios con los que poder reconfortarnos cuando pasamos por situaciones difíciles. En este sentido es crítico aprender a cuidarnos, mimarnos y darnos lo que necesitamos en cada momento. Esto es algo que requiere de práctica y necesitaremos probar qué es lo que funciona con nosotros en cada momento.

Pensemos en las cosas que hacemos cuando nos sentimos tristes, estresados, aburridos, solos, enfadados, inseguros...Si no tenemos un abanico de respuestas saludables para cada uno de estos momentos, tenderemos a buscarlas en fuentes externas que nos hagan sentir bien de forma casi inmediata, pero que a la larga nos dejarán un mayor vacío.

Si cada vez que me aburra decido irme de compras y fundir mi tarjeta de crédito, mi situación financiera se resentirá. Si estoy triste y decido irme de juerga toda la noche para no dar espacio a mi tristeza, a la mañana siguiente mis problemas seguirán ahí, acompañados de una buena resaca. Si para no sentirme tan solo decido llamar a mi ex-pareja para que me haga compañía, es probable que la cosa termine en algo que sé que no me conviene y que me generará más ansiedad.

Por supuesto, siempre podremos recurrir a la gente que nos quiere y que sabemos que nos tratará con amor y con respeto, pero es muy bueno tener una lista con las cosas que nos gustan y nos hacen sentir bien, sin necesidad de contar con nadie más que con nosotros mismos. Es probable que al principio nos cueste identificarlas porque hemos pasado mucho tiempo pendientes de satisfacer las necesidades de los demás y hemos olvidado las nuestras. A veces ayuda pensar en lo que más nos gustaba hacer cuando éramos niños o en aquellas aficiones que hemos abandonado mientras buscábamos la aprobación y el cariño de otras personas.

Es un trabajo personal encontrar las que mejor le funcionan a cada uno, pero entre las más recurrentes suelen estar hacer deporte, dormir y comer bien, pintar, leer, hacer punto, la fotografía, cocinar, el bricolaje, la jardinería, escuchar música, meditar o rezar, cantar, bailar,...

No pensemos que esto hará desaparecer todos nuestros problemas de forma inmediata, pero sí conseguiremos reducir de manera importante los niveles de stress en nuestra vida diaria. Aprenderemos a dar a cada cosa la importancia que se merece, ya que no querremos desaprovechar nuestro precioso tiempo dando vueltas a pensamientos negativos durante horas o incluso días enteros. Una buena práctica es concedernos de 15 a 30 minutos diarios para "rumiar" esos pensamientos, pero una vez concluya ese tiempo nos centraremos en nuestra vida y en la lista de actividades que hemos identificado como reconfortantes para nosotros. Al día siguiente podemos volver a dedicar otro espacio de tiempo a ese pensamiento si lo necesitamos, pero nunca más de 30 minutos al día.